Psicoterapia Existencial

1.- La forma de trabajo en la Psicoterapia Existencial, no depende de herramientas o habilidades técnicas, sino más bien de un método filosófico que busca ayudar a las personas más que a encontrar respuestas rápidas, a hacerse mejores preguntas.
2.- Opta por ser directo mas que indirecto, y valora la mutualidad en la exploración.
3.- No es un enfoque ni directivo ni no-directivo, mas intenta apoyar a que la gente encuentre su propia dirección.
4.- Enseña a las personas a situarse a sí mismas dentro de la condición humana, en vez de procurar que se perciban como meros “Selfs” con personalidad o carácter que ha sido formado por sus padres.
5.- Ayuda a la gente a volverse más consciente de sus roles y cómo, a través de ellos, somos productores de significados, más que meros recipientes pasivos de condicionamientos.
6.-Capacita a las personas a ser cada vez mas hábiles para ver cómo están constantemente auto-restringiendo sus posibilidades, ya que sus verdades suelen estar basadas en perspectivas limitadas y visiones parciales.
7.- Muestra cómo podemos enfrentar los límites en la vida, y nuestras propias limitaciones como seres humanos.
8.- Invita a la gente a pensar de una forma meditativa, mas que a quedar atrapados en la emocionalidad reactiva o en el razonamiento abstracto.
9.- Utiliza muchas descripciones, clarificaciones, verificaciones y elucidaciones de que es lo que se busca y que es deseable.
10.- Busca la verdad en un sentido global, universal, sin contentarse con verdades a medias, falsas verdades o mentiras. Sabiendo que esta verdad es, en última instancia, imposible de conocer.
11.- Busca que las relaciones (incluida la terapéutica), se desarrollen a través de resonancia y reciprocidad. La Cooperación y comunicación son considerados los principales móviles en las relaciones humanas.
12.- La aventura de ser humano significa quedar atrapado en toda clase de situaciones complejas, paradojas, dilemas, crisis, etc. Esto nos indica que necesitamos aprender a vivir con ello, así como aprender que la negociación es el punto de partida para el compromiso.
13.- El tiempo y la necesidad de recolectar del pasado, de tener una buena conciencia del presente, y claros proyectos en el futuro, son algunas de las guías para el trabajo.
14.- Las crisis son vistas como el punto necesario de transición, desde el cual la transformación se hace posible.
15.- Estar en contacto con ambos polos de la existencia, lo finito y lo infinito de las dimensiones de la experiencia humana, ayuda a que la gente encuentre un cierto equilibrio, o que al menos tengan mayor claridad acerca de dónde quieren estar en relación con el universo.
16.- Estar cómodos con respecto a la vida y la muerte, la soledad y el estar-con-otros, lo posible y lo necesario, y lo bueno y lo malo, es un buen punto de partida para una vida bien vivida.
17.- Ayudar a una persona a cuestionarse, reflejarlo y en ocasiones retarlo y mostrarle las dificultades que desearía no ver, es motivarlo a que sea real.
18.- Esto se trata de vivir de una forma artística, con aquello que nos es dado en la condición humana. No se trata de convertirse en muy bueno o grandioso, sino de ganar maestría en la vida.

Hay una diferencia entre el Ser, y la experiencia del Ser. El Ser es aquello que soy, aquello que somos. No podemos ser otra cosa mas que el Ser.

Sin embargo, no podemos mas que experimentar al Ser. Todo aquello a lo que le llamo mi Ser, es siempre mi experiencia de éste.

Lo único que tengo es mi experiencia del ser. Eso es lo único que tengo, no tengo al Ser. La experiencia no es todo el ser, pero al mismo tiempo, surge de este y es parte de él.

Es un dilema irresoluble, no puede solucionarse, es una paradoja. Lo único que puedo expresar es siempre la experiencia del Ser, por lo tanto siempre será incompleto, porque además en la misma expresión se modifica la experiencia, y por lo tanto, el Ser se está creando nuevamente. Todo lo que expreso es un pequeño fragmento de la realidad, y nunca podré expresar la realidad completa, aunque paradójicamente, aquello que expreso es la única realidad a la que tengo acceso.

El Ser se está creando continuamente, es una co-creación. Algo que surge a partir del juego interrelacional e intersubjetivo a cada nueva situación. Por lo tanto el Ser no es un individuo, no es algo autónomo e independiente. El Ser está relacionado y es esta misma relación.

La experiencia del Ser por otra parte, es sólo una perspectiva limitada que nos hace creer en la independencia y autonomía. Aquello a lo que llamo “yo” es simplemente una perspectiva del Ser. Mi propia perspectiva. Y aquello a lo que llamo “tu” es mi perspectiva de ti, es decir, de tu perspectiva.

Esto suena un poco enredado; nos enfrentamos a las dificultades del lenguaje para poder expresar la realidad del Ser y de su experiencia. Mas es importante reconocer que todas las ideas de individualidad y separación, surgen de la perspectiva particular de la experiencia del Ser, no del Ser.

Entonces la experiencia del Ser es una ilusión, y por ello muchos han asemejado la perspectiva existencial con las perspectivas budistas. La ilusión de la separación se sostiene porque es necesaria para la sobrevivencia. Si tuviéramos la experiencia constante y permanente de la unidad, probablemente dejaríamos incluso de comer o dormir, o nos la pasaríamos dormidos todo el tiempo. La ilusión de la separación permite que haya desarrollo y evolución, pero nos engaña haciéndonos creer que el Ser es autónomo e independiente de otros seres. En el Ser no hay separación.

Psicoterapéuticamente hablando, esta distinción nos ayuda a reconocer que lo único que podemos hacer por nuestros clientes es reconocer junto con ellos la co-creación continua del Ser y para hacerlo recurrimos a la experiencia. Si logramos analizar conjuntamente las diferentes formas como vamos construyendo el Ser, y cómo nuestra experiencia va surgiendo a partir de esto, podremos reconocer nuevas y más amplias posibilidades para ser. Esto, a final de cuentas, es el mayor regalo que podemos ofrecerle a nuestros clientes, y a nosotros mismos en el proceso. El reconocimiento de la permanente co-construcción de lo que somos y la amplitud de posibilidades que esto significa.

De todas las relaciones que el ser humano establece, las interpersonales son de fundamental importancia.

Spinelli propone reflexionar sobre cuatro ámbitos de la experiencia de las relaciones interpersonales: yo, tu, nosotros y ellos; normalmente se atiende de manera privilegiada una de estas áreas. La propuesta de Spinelli consiste en ir avanzando a través de ellas, hasta incluir las cuatro.

Ámbito focalizado en el YO – consiste en la experiencia sobre sí mismo en la relación presente. Ejemplos: “me siento cansado mientras hablamos”; “me cuesta trabajo poner atención”; “lo que escucho me interesa muchísimo, quiero saber más”; “su narración me trae recuerdos que me entristecen”; “siento compasión por ella, no la ha tenido fácil”; etc.

Ámbito focalizado en el TU – consiste en la experiencia sobre el otro. Es la experiencia que tiene la persona con respecto a con quien está en relación. Ejemplos: “me parece una persona muy divertida”; “debe tener un genio de los mil demonios”; “me imagino que está harta de su situación”; “me parece que tiene una enorme tristeza pero la intenta disimular”; etc.

Ámbito focalizado en el NOSOTROS – consiste en la percepción de la interacción en cada momento. Ejemplos: “percibo que nuestra relación fluye”; “tengo la impresión de que estamos compitiendo, como si buscáramos quién le gana a quién”; “los últimos cinco minutos me han parecido como si estuviéramos muy juntos, casi como si pudiera adivinar lo que vas a decir”; etc. Este ámbito es útil de forma particular en la terapia grupal (una persona que percibe la forma como está siendo la sesión para todos). Parte del desarrollo de las habilidades sociales consiste en ser capaz de captar el tipo de ambiente que estamos construyendo.

Ámbito focalizado en el ELLOS – Suele ser el ámbito de la experiencia más olvidado. Es la forma como los otros se encuentran en relación a la persona en cuestión, y cómo eso forma parte de la construcción de su identidad.
Por una parte se refiere a lo que ocurre en la gente que forma parte del mundo interpersonal de la persona en cuestión. Un verdadero enfoque relacional de la psicoterapia no puede descartar el hecho de que, si “somos relaciones”, entonces lo que ocurra en el mundo interpersonal de cualquiera, le atañe y lo constituye. Al explorar el ámbito en ellos, se hacen preguntas del tipo: “¿cómo se sentirán los demás con respecto a ti?”; “¿cómo se sentirán entre ellos a partir de lo que tú haces o dejas de hacer?” y/o “¿cómo se sentirán consigo mismos después de verte u oírte en estas circunstancias?”.
En este ámbito es posible agregarle lo que Yalom (1980) sugiere como los cuatro pasos necesarios a analizar en la psicoterapia de grupo:

1. Cómo lo que hago o no hago, influye en la forma como los demás me ven.
2. Cómo esto influye en lo que los demás sienten hacia mí.
3. Cómo esto influye en la forma como los demás actúan hacia mí; y por último
4. Cómo todo lo anterior influye en la forma como me siento conmigo.